lunes, enero 09, 2006

El primer día de curro del año



A las siete de la mañana ha empezado a ladrar la radio. Era Federico Jiménez Losantos que estaba en toda su salsa. Este tío cada vez va a más, esta mañana ha estado muy bien (¡qué descojono con el Evo Morales si el primo Richal, el que vende los limones en el rastrillo, viste mejor que él). Después de dos semanas de relajo, vuelta a la rutina. A las siete y media me he levantado de la cama y me he metido en la ducha. No me he afeitado porque no me daba tiempo y porque afeitarme es una de las cosas que más me jode. He pensado que tampoco se notaba tanto (la barba de dos días) y palante. Afortunadamente la ropa ya estaba preparada de el día anterior. He cogido de la nevera la tartera con la paella que sobró del sabado, una lata de coca-cola y medio limón (he olvidado la manzana). Les he dado el beso de rigor a la madre y al hijo, y a continuación me he dirigido a la terraza desde la que he saltado al patio para ir a por el coche. Alguna ventaja tenía que tener vivir en un bajo. De camino al curro he ido escuchando la COPE de nuevo y en los anuncios cambio al disco de Los delincuentes. Resulta que en la incorporación a la M-607 había un accidente con tres coches to rotos. La excusa perfecta para llegar tarde el primer día del año (veinte minutos no es nada, luego saldré a las seis y veinte, y punto. Además ha habido otro compañero que ha llegado a las nueve y media alegando que había atasco ¿!). Lo primero que me encuentro nada más llegar a la oficina técnica (que es la mía) es un cartel con una señal de dirección prohibida en la que la barra blanca horizontal es un cigarro y debajo aparece un texto que dice Zona libre de humos. No he podido contenerme y he comentado que podían poner también Prohibido follar, Prohibido potar o prohibido dormir. El caso es que a mí todo esto me la suda porque no fumo tabaco.
Cambiemos de asunto, hace tiempo que me puse altavoces en el ordenador, lo que me permite escuchar música a mí y a los otros cuatro compañeros que quedamos. He comenzado con la sinfonía nº5 de Beethoven (de una colección que sale los sábados con el ABC) y después he seguido con el nuevo de los Darkness. A continuación me he enchufado con Michael Bublé un buen rato. Todo esto lo alterno con la escucha de la radio, depende de el día, hoy he cogido a Carlos Herrera hablando de la cantidad de juguetes que les caen a los hijos, después he pasado a "la mañana" y allí estaba Zaplana le he escuchado dos minutos y he apagado la radio y es que ya me toca ir a desayunar. Antes de eso a las ocho y media he llamado a la contraria para avisarla por si se había quedado dormida.



Antes de ir al bar me he pasado por una gasolinera a trincar el periódico. Estoy suscrito al ABC. Me mandan unos vales que se canjean por el periódico. Luego me he pasado por el bar donde estaba desayunando el jefe y me he ido a la otra punta del bar . Ya sabéis aquello de "Del jefe y del muro cuanto más lejos más seguro". Me he comido un montado de morcilla y he comprado media barra de pan y una manzana. Me ha cobrado un euro por la manzanita de marras, una golden cualquiera. Mis preferidas son las Granny Smith y ultimamente las Fuji. En el bar he leído el periódico "el mundo" donde me he enterado que se ha muerto el batería del grupo de Elvis, un colombiano. He vuelto a la oficina y me he puesto a Marah a ver si me atrapa definitivamente el último CD. Después me he liado con la discografía de Rory Gallagher porque en la lista del Popular 1 han hecho una encuesta para decidir cual es el preferido del personal . Todavía no lo tengo claro. Al tiempo estoy currando y deseando que den las dos de la tarde para parar durante una hora y comerme mi arroz regado de limón y mi pútrida manzana. A las dos, engancho a Ignacio Villa un ratito y enseguida lo apago y como. Como tengo una hora me sobran 20 minutos o por ahí y me pongo a hacer el kakuro del ABC y llamo para dar mi solución que el contestador automático me confirma que es acertada.




Me queda por delante una larga tarde de tres horas con el cerebro seco y toda la sangre del organismo en el estomago. Mi hermano me llama y me comenta que me estoy durmiendo en los laureles y que el ya ha cambiado el template de su blog : Me lo dices o me lo cuentas. Le digo que ya lo he visto y que yo de momento estoy estrujándome el cerebro más con el "qué" que con el "cómo". Enchufo la radio de nuevo para enganchar a la tarde con Cristina y lo escucho unos veinte minutos. Quito la radio y pongo a Green Dollar colour. Un compañero se ha pillado un móvil con tecnología 3G y me enseña un trozito de 24, la serie esa que dan por los móviles. Han pasado más cosas pero tengo que dejar de escribir, voy a seguir leyéndole al nene el libro de la biblióteca que yo mismo leí cuando era chinorri "El pequeño Nicolás"

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