miércoles, junio 21, 2006

La pena de muerte es poco para éste...

Este post salió en mi blog hermano, o mejor cuñado, pegamín, el 28 de Diciembre de 2005 link
Lo pongo aquí porque creo que toca.

Poco añadir a lo escrito. El etarra mencionado, este cerdo, es el prototipo del etarra clásico. El etarra con el que el gobierno del PSOE nos quiere sentar a poner la otra nuca para que nos perdone la vida. ¡Qué verguenza! se cree que los españoles somos todos lelos: esto es una estrategia política para intentar marginar a la oposición, aliándose con los terroristas, porque a nadie se le olvide que hubo una tremenda investigación y un juicio en el que quedo demostrado fehacientemente que el grupo político Batasuna (o sus otras denominaciones llevadas a cabo para burlar la ley: HB, Euskal Herritarok....) era un elemento más de la estrategia etarra y que actuaban a las ordenes de la cúpula terrorista, siendo de enorme ayuda, tanto los fondos de dinero público que obtenían del gobierno vasco , como toda la información que constaba en el censo electoral al que tenían acceso pleno. Con esta "formación política" de Txapotes en potencia es con quien pretende gobernar el PSC en el País Vasco, como ya ha intentado el PSC con los filoteroristas de Extrema Izquierda Republicana de Cataluña. Aquí está la crónica del último día del juicio con unos jugosos comentarios. Desafortunadamente no me han hecho caso y parece que el hijoputa este ha conseguido tener un hijo con la otra asesina.
Ahí va:


"Muy poco. Y sí, es verdad, lo primero que se le ocurre a cualquier persona de bien es pagarle con su misma moneda. Es decir, dar un ultimátum a la banda terrorista ETA: si en cuarenta y ocho horas la banda no entrega todo su armamento, se procederá a la ejecución sumarísima del reo en cuestión (lo que sale en la foto). Además, la familia del ejecutado correrá con todos los gastos de la ejecución: la bala, el verdugo etc.El asesino de Buesa y M. A. Blanco entre otros, la mayoría de un tiro por la espalda, se niega a declarar y solo acierta a farfullar entre dientes y con un rictus de desprecio que él no se llama Javier sino Chavi. Él se cree un gudari, un soldado/patriota vasco que está participando en una guerra para devolverle la libertad al País Vasco (curiosamente, más de un ochenta y cinco por ciento de esos vascos y vascas que ellos pretenden salvar, están en contra de esa banda y de sus métodos. Además de estar extorsionados por ellos. Y por otro lado ¿qué guerra es ésta en la que solo hay víctimas (casi mil) en uno de los bandos. Si ETA mata, ¿por qué no se puede matar a ETA?) Él se cree un gudari sí. Y lo malo es que tiene a mucha gente detrás que también lo cree. Y cuando salga de la cárcel (esperemos que nunca) piensa que toda esa gente le dará un homenaje y le harán una fiesta en su pueblo, le nombrarán Hijo predilecto, Reina de las Fiestas o algo parecido. Porque él se cree un héroe, un héroe para toda esa gente. Pero esa gente está enferma, tiene una enfermedad que en realidad es una plaga. La plaga del fanatismo, del totalitarismo (como aquella que prendió en la Alemania nazi de los años 30 o en la URSS de Stalin) y que en este caso viene arropada con la ideología de la extrema izquierda y envuelta con el nacionalismo más excluyente. Dos de las tres plagas (junto al fascismo) que marcaron a fuego el siglo XX: los regímenes marxisto/comunista/maoistas/estalinistas, que con la excusa de defender al Pueblo (Lenin decía que le iban a quitar el oro a los ricos e iban a hacer con él váteres para los pobres) produjeron los mayores exterminios de población jamás vistos (más de cien millones de personas). Y ahí es donde nos quiere llevar toda esta panda abertzale. Porque siguen pensando que son héroes y no son más que una banda asesina y mafiosa.

Matarlo, no podemos matarlo -el quinto mandamiento no nos lo permite, las reglas están para seguirlas- así que propongo hacerle vivir un infierno todos y cada uno de los días que le restan de vida. No vamos a dejar que se suicide como ha hecho su compañero de secuestro. Lo primero de todo es emascularle y antes de hacerlo volver a preguntarle, a ver si esta vez se arranca a decir algo. Apuesto a que sí. Después hay que seguir la filosofía de algunas cárceles americanas privadas que prohiben a los reclusos ver la tele o leer algo que no sea la Biblia. Hay que martirizar a los presos lo máximo posible para quitarles las ganas de volver a delinquir. Una medida dura, pero necesaria en estos tiempos que vivimos, que están determinados por tres características: es una época hiperviolenta, hipertecnificada e hipersexual (ver "Pop control" de Miguel Ibañez).

A éste le tendrían que violar todos y cada uno de los presos de su galería y grabarlo todo para colgarlo en Internet. De paso contarle que se lo van a dar a su familia en Div X. Y la comida que consuma, ropa que gaste, el agua que ingiera, todo que lo pague trabajando. Y una televisión emitiendo veinticuatro horas discursos de la AVT
Porque ya digo que la pena de muerte es poco para éste. Muy poco…."

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