miércoles, octubre 04, 2006

Los nuevos timos


















Fuente y explicación de las fotos


He sido timado con el llamado “cloning” o “skimming”, consiste en la duplicación de tarjetas de crédito sin que éstas sean sustraídas del titular. Por esto mismo, el dueño de la tarjeta no hace la denuncia hasta que revisa su resumen a fin de mes, lo que da tiempo a los estafadores a hacer elevadas compras con el duplicado. Esto es lo típico que parece que nunca te va a pasar a ti pues estaros al loro porque cada vez es más frecuente; la mano de obra que viene a currar no está especializada pero la que viene a cholar sí y mucho. Han colocado un dispositivo de estos este fin de semana, lógico porque que el personal ha cobrado. Luego, no sé como, consiguen hacer una copia de tu tarjeta y obtuienen tu número secreto con lo que solo tienen que ir a cualquier cajero y sacar el máximo que les de la tarjeta por día. Lo jodido es que el dueño de la tarjeta no sospecha nada y pueden pasar varios días hasta descubrir el fraude osea que le pueden desplumar del todo. Yo lo he descubierto pronto, me han guindado 200 euros, el banco me los paga si lo denuncio en una comisaría y les llevo una fotocopia de la denuncia.

En esta página en flash se muestra el modus operandi de estos timos del cajero


Los tipos de fraudes podrían clasificarse de la siguiente manera:

Falsificación (duplicación de tarjeta, cloning o skimming); criminales organizados están adquiriendo la tecnología para copiar la información contenida en las bandas magnéticas. Cualquiera puede convertirse en una víctima sólo por utilizar su tarjeta. Estos delincuentes emplean como cómplices a empleados de restaurantes, hoteles y tiendas, a quienes proveen de pequeños artefactos electrónicos que copian toda la información de la banda de la tarjeta. Éste fue el caso de los dos empleados de las cabinas de peaje de la A-7.

Tarjetas perdidas o robadas: según CIFAS (UK), el 25 por ciento de todas las pérdidas por fraude. Los lugares donde son robadas son generalmente el lugar de trabajo, aeropuertos, vehículos y clubes.

Fraude cometido sin utilizar físicamente la tarjeta: corresponde al 13 por ciento de las pérdidas. Se trata de personas que obtienen el número y la fecha de caducidad de la tarjeta, para luego comprar cosas utilizando estos datos. Quienes lo hacen son generalmente telemarketers y sitios fraudulentos en Internet. Obtienen la información específica de las tarjetas de sus víctimas, mientras ofrecen bienes y servicios inexistentes.

La solución?: El ‘chip’ prodigioso. Existe un chip para evitar el fraude que se incorpora a la tarjeta y que sustituye a la banda magnética actual. En Francia, las tarjetas inteligentes suman ya un 25% del total. Las estafas han descendido un 90%. En España, algunas entidades ya las ofrecen aunque como experiencia piloto. Bancaja, por ejemplo, ha repartido 5.000 entre sus empleados y BBVA ofrece esta tecnología en su tarjeta Visa Nova Oro, que se comercializa, sobre todo, para empresas. Que sean inteligentes no quiere decir que sean 100% seguras. De hecho, un ingeniero francés, Serge Humpich, consiguió falsificarlas en 1999.

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