jueves, agosto 07, 2008

Cortapegas pertinentes: Varsovia celebra el 64 aniversario de la sublevación contra el nazismo


Más de 50.000 personas lucharon durante 63 días en una ciudad atrapada entre la Wehrmacht y el Ejército Rojo.

-La venganza de Hitler fue terrible: casi 200.000 varsovianos fueron asesinados y el 85% de los edificios de la capital fueron incendiados o dinamitados.

Varsovia, 2 ago. (COLPISA, Paco Soto).
Las autoridades polacas y miles de ciudadanos celebraron ayer el 64 aniversario de la sublevación de Varsovia contra el nazismo. Los actos oficiales rindieron homenaje a la lucha por la libertad que más de 50.000 varsovianos llevaron a cabo durante 63 días en una ciudad atrapada entre la Wehrmacht (las fuerzas armadas alemanas) y el Ejército Rojo soviético. Fueron más de dos meses de encarnizada lucha entre los resistentes de Armia Krajowa (AK, el Ejército nacional polaco), ayudados por miles de ciudadanos sin experiencia militar, y las tropas bien equipadas del III Reich.
La insurrección de Varsovia, que no tuvo ningún apoyo de los Aliados ni del Ejército Rojo, empezó el 1 de agosto de 1944. Las tropas alemanas estaban en franco retroceso en toda Polonia, mientras que el Ejército Rojo iba avanzando, pero no tanto con el ánimo de liberar el país de la barbarie nazi como de ocuparlo, para que después Moscú, tras la II Guerra Mundial y los pactos con Washington y Londres, implantara un régimen comunista en Varsovia. Así lo demuestra el historiador británico Norman Davies en su magnífico libro ‘Varsovia, 1944. La heroica lucha de una ciudad atrapada entre la Wehrmacht y el Ejército Rojo’.
La resistencia polaca al nazismo, que ya había escrito páginas heroicas en el libro de la historia contra la infamia, como el levantamiento del Gueto de Varsovia, el 19 de abril de 1943, aprovechó la debacle nazi para contraatacar. El AK, escaso y mal equipado, dio órdenes para la revuelta a la población de una ciudad castigada con especial saña por los alemanes. Los resistentes polacos creían que tardarían una semana en controlar el centro de Varsovia, hasta que llegara la ayuda aliada y las tropas de la URSS expulsaran a los nazis de la ciudad.

Solos frente al enemigo

Pero esto no ocurrió y los 50.000 hombres y mujeres que combatieron en las calles de Varsovia durante 63 días tuvieron que apañárselas solos. Algunos eran veteranos partisanos contra la ocupación nazi, como los grupos de judíos polacos que habían escapado del gueto de Varsovia, antes de su destrucción. Pocos luchadores eran soldados profesionales. Los jefes del AK organizaron, sin embargo, un levantamiento popular en toda regla. Montaron barricadas con las pesadas piedras del pavimento, utilizaron inteligentemente el sistema de alcantarillado de Varsovia como vías de comunicación y consiguieron el control de amplias zonas de la capital polaca.
Pero por desgracia nunca llegó la ayuda prometida por los aliados, que estaban más preocupados por llevar a buen puerto del desembarco de Normandia que por enviar ayuda aérea a la capital de Polonia. Según los aliados, este objetivo era logísticamente muy difícil de llevar a cabo.
El Ejército soviético, que tenía su base de operaciones en la otra orilla del río Vístula, en el distrito de Praga, se negó a entrar en el corazón de la ciudad para liberarla de los nazis. Alegó problemas de abastecimiento para proseguir su avance. Según diversos historiadores, la decisión fue política y no militar. El dictador Stalin quería la derrota de la Alemania nazi, pero también deseaba que fracasara la insurrección de Varsovia, y fue por esto que dio órdenes a las tropas soviéticas para que se detuvieran.

Terrible venganza

La insurrección fue finalmente aplastada por los nazis. La venganza del III Reich fue terrible: Adolf Hitler dio órdenes de no hacer prisioneros y de destruir la ciudad. Casi 200.000 varsovianos fueron asesinados. Sólo entre el 5 y el 7 de agosto, unos 60.000 habitantes fueron ejecutados en el barrio de Wola y en un mercado de Ochota, donde habían sido detenidas miles de personas. Bandas de criminales rusos y ucranianos al servicio de los nazis cometieron barbaridades de todo tipo.
La represión fue muy dura en toda la ciudad. Muchos ciudadanos fueron quemados vivos por los nazis y sus aliados. El 85% de los edificios de Varsovia fueron incendiados o dinamitados. El 17 de enero de 1945, el Ejército Rojo entró definitivamente en la ciudad para liberarla, según la propaganda comunista, pero Varsovia no era más que una montaña de ruinas. Algunos historiadores calculan que más de 600.000 personas murieron en Varsovia durante la II Guerra Mundial, la mitad de la población que había antes de que estallara el conflicto.
Firmada la paz, Polonia se quedó bajo el dominio de la URSS. Según la filósofa y profesora polaca en universidades francesas Elisabeth G. Sledziewski -cuyo padre fue soldado de AK en la insurrección de Varsovia-, la sublevación popular varsoviana demostró una vez más el “horror” a “gran escala” del nazismo y los intentos de Hitler por negar a Polonia “como nación y como civilización”, pero también “el cinismo criminal del comunismo“, cuyo régimen en Polonia intentó “ignorar la insurrección de 1944”, para después “estigmatizarla como un movimiento fascista o una aventura anárquica”. Han pasado 64 años desde que ocurrieran aquellos trágicos acontecimientos y en la memoria de algunos polacos aún no se han borrado canciones cantadas durante la insurrección de Varsovia como ‘Serce w Plecaku (El corazón en la mochila) o ‘Natalia’.
Cortapegado de aquí

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